...de repente lo veo todo claro. No sólo sabes que quieres irte, si no que además sabes que vas a irte. Ya no hace falta que lo niegues ni que lo esquives...nosotras tampoco deberíamos. Mi ombligo se dilata, mi estómago se convierte en un agujero negro, todo se tambalea. Y dirás que soy lo peor, que pienso demasiado, que lloro por todo.
...pero soy incapaz de imaginarme un equilibrio cósmico si los cuatro elementos se dispersan...
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