miércoles, 5 de septiembre de 2007

Y de repente un día te ves convertido en un ser débil. Frágil. Casi de cristal. No confías en la gente, por miedo a pasar inadvertido. No confías en tus pasos, por miedo a caer al vacío. Ya no saltas, porque sabes que duele. Ni corres, porque no puedes llegar más tarde. Acabarás rompiéndote...¿o ya lo estás?.

[Rectifico]

Y de repente un día te ves convertido en un cuerpo débil. Frágil. Casi de cristal.

[Lo otro, al fin y al cabo, lo fuiste siempre]

2 comentarios:

Srta. M dijo...

La verdad es que muchas veces he sentido eso, que me convierto en un ser frágil, esta tan bien descrito que da hasta pavor (si no lo da la sensación en si).
Tu escrito me ha recordado a una frase que pronuncia el viejo de los huesos de cristal a Amelie:
"Verá, mi pequeña Amélie, usted no tiene los huesos de cristal. Podrá soportar los golpes de la vida. Si usted deja pasar esta oportunidad con el tiempo su corazón se irá volviendo seco y frágil como mi esqueleto. ¿A qué espera? Ande, vaya a por él."
Hubo un tiempo en que la sabía de memoria, pero esta vez la he sacado de http://es.wikiquote.org/wiki/Amelie

xD
te agrego a mi blog personal si no te importa, que es donde suelo escribir más y tengo los links :)

Diego Moreno dijo...

La única batalla que se pierde es la que se abandona.

;)