domingo, 31 de agosto de 2008

Coleccionismo virtual.

Tonterías en los recreos. Achuchones bajo la lluvia y tocamientos en un sótano oscuro. Conversaciones hasta las tres de la mañana. Microrelatos de amor. Lunas y más lunas. Besos de almohada. Viernes con la bola de cristal de banda sonora. Paseos por el río. Visitas cortas de vuelta a casa. Polvos furtivos y pizza congelada. Patos de peluche. Subcampeonatos de España. Peces de caramelo. Huequitos en la barba. Mordiscos en la oreja y cosquillas en la entrepierna. Botellones tripersonales. Futbolines. Colchonetas hinchables. Planorbis y erizos. Pipas y hormigas. Azul, negro, verde, morado. Manos enormes. Siestas en sofás ajenos. Canciones prestadas. Historias escondidas tras notas musicales. Lados de la cama. Rizos, patillas, pinchos, gorros de lana. Cuentos, girasoles, galletas y dibujos. Conciertos. Escayolas. ¡Un pájaro muerto! Muñequeras de colores. Tu olor. Y el tuyo. Fresas y licor de avellana. Fotomatones.

Espirales.

sábado, 30 de agosto de 2008

¿En qué piensas?

En Gijón. En un tío. Por venganza. Por tus cojones. Ya ves de qué sirvió. Nunca lo supo. Claro, que tampoco le habría importado. Ni siquiera fuiste capaz de tirártelo. Te arrepentiste antes de empezar. Qué estupidez. Una detrás de otra. Coges el teléfono. Lo dejas de nuevo en la mesilla. Otra más. Ahora muérdete las uñas y come techo. Época de crisis. Quince días y terminamos.

¿Y él? Aquel verano conseguiste dejarlo atrás. Dejó de ser un problema. Dejó de importar. Dejó de doler. Dejó de existir. Coges el teléfono. Lo dejas de nuevo en la mesilla. Otra estupidez. Sin sentido. Realmente nunca fue un problema. ¿Lo dejaste atrás o sólo te echaste a un lado? Ahóra muérdete las uñas y come techo. Época de crisis. Quince días y terminamos.

La habitación se ilumina. Te queman los ojos. Oh, cómo te gusta esta canción. Coges el teléfono. Hola. Hola. ¿Qué tal estás? Y en cuatro minutos y medio se te acaban las palabras. No puedes. Pero quieres. El silencio sería suficiente. Su respiración sería suficiente. Pero no puedes. ¿Quieres? Lo dejas de nuevo en la mesilla. Ya van tres. Ahora muérdete las uñas y come techo. Época de crisis. Quince días y terminamos.

jueves, 21 de agosto de 2008

- ¿A mí? A mí que me desenchufen, me repartan, me quemen y me esparzan...