viernes, 15 de diciembre de 2006

Echo de menos echarte de menos.

Los ojos se te empiezan a cerrar. "Una página más y lo dejo". Estás enganchada, ¿quién te lo iba a decir? Sigues leyendo. "No puedo ofrecer más que mi propia confusión". Sonrisa de medio lado y movimientos de cabeza en desaprobación. Cierras el libro y apagas la luz. Tienes los pies helados y no te habías dado cuenta hasta ahora. Te acurrucas todo lo posible. A veces desearías poder convertirte en un bicho bola.

Esto era más fácil cuando dormías a mi lado. Ni almohadas, ni calcetines, ni dolor de espalda al día siguiente. Ni siquiera hacían falta pijamas para sentir el calor. Ni camas enormes por las que perderse. Ni música de fondo a modo de nana. Sólo tu voz. Y tu boca. Y tus manos. Y tus ojos buscándome en la oscuridad.

Necesito que deje de hacer frío. ¿En qué casa no hay un ventilador?

3 comentarios:

JOrE dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
JOrE dijo...

... Borré yo antes; Ese es tu primer anónimo, uooooo ;)

No pienses en alto; sueña en presente y en bajito, para que no se copien...

Hoy si que me ha quedado claro que soy el hombre invisible, por mucho que coincidamos y muchos ánimos que me des, no dejaré de ser invisible

Mueeeeeeeeeeeeeeeeee

Ministro de Andares Absurdos dijo...

Adoro el frio.
Me parece mucho más tranquilizante que el calor. Aunque con el calor hace (en mi caso particular experiéncio) que te la sude todo muchisimo. Sin embargo el frio es reflexivo... y eso entraña ciertos peligros e insalubridades mentales, asi que yo, me siento como en casa.

Besos!!!!