jueves, 9 de octubre de 2008
Decadencia.
Aquello que fuimos y lo que acabamos siendo. ¿Nos cambia el tiempo o el mal humor? ¿Las buenas nuevas o los desastres circulares? Perdemos granos y autoconfianza, ganamos kilos e historias que contar. ¿Y cómo sabemos qué es mejor o peor cuando lo que era, fue y lo que es, podría ser de otra forma? Circunstancias. Somos circunstancias, conversaciones entre humo y cerveza, miradas en el metro y encuentros inesperados en una sala de exposición. Y al final todo lo que nos queda termina representado en cinco, seis o cien fotografías mentales en blanco y negro sólo a medio enfocar. Álbumes empolvados en un rincón de nuestra memoria que de vez en cuando dejan caer una cara, un gesto, una palabra sin venir a cuento que creíamos haber olvidado. A veces te hacen reír, a veces te hacen llorar. A veces preferirías que ni siquiera existieran...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Ni todas las películas en blanco y negro son antiguas, ni todo lo antiguo es un "clásico". La decadencia la marca uno mismo. Todo depende de cómo te levantes y hayas decidido afrontar ese día, o no... igual sólo se necesita un buen café cargado ;)
Luego dime a mí lo del llorar...
Creo que es tu mejor post, me encanta... niña veleta
a veces creo que has vivido cien vidas pequeña, porque hablas de algunas cosas que solo se saben cuando se ha logrado acumular muchisimas cosas de la vida...
ay!..
Y a veces van haciendo un ruido atroz, a latas viejas sobre el asfalto, como si las llevaramos atadas a los pies. Sin dejarnos pensar, atronando a cada paso.
me encanta ^^
Publicar un comentario