miércoles, 1 de octubre de 2008

El día que nos fuimos de casa.

- Estoy hasta las narices. Esto no se va a quedar así. A mí nadie me dice lo que tengo que hacer. Ni la hora a la que tengo que volver a casa. Ni nada.
- ¿Y que propones?
- Que nos vayamos.
- ¿A dónde?
- No sé, ya pensaremos algo sobre la marcha.

Y eso hicimos. Aprovechando la hora de la novela. Changos tirándose los trastos a la cabeza. Güeros roncando en el sofá. Cogimos nuestras behaches y volamos, no sin antes secuestrar la tableta de chocolate de la nevera y un par de chuscos de pan. Ni duros en el bolsillo, ni macuto a la espalda. ¿Para qué? Con nueve años no se necesitan tantas historias. No llegamos muy lejos. Empezó a llover. Y los caminos en cuesta que conocíamos, embarrados, dejaban de verse apetecibles.

- ¡Podemos refugiarnos en el parque! ¡En la caseta del tobogán! Por lo menos allí hay techo...
- Bueno...

Quietas. Escuchando el granizo caer sobre las hojas de los robles y las tablas del columpio. No se veía ni un triste paraguas alrededor. No nos quedaban provisiones.

- Yo me voy, Isa, esto es un asco...

Y, al parecer, tampoco ganas.

- ...estoy empapada, tengo hambre, me aburro, es de noche...

No me lo podía creer. ¡La primera baja de nuestra revuelta en menos de cuatro horas!

- ...y encima, seguro que nos van a echar la bronca cuando lleguemos a casa.
- Yo no pienso volver.
- Bueno, tú haz lo que quieras, yo me voy.

Y sí, empezó a alejárse. Dejándome sola en aquel paraje inhóspito que una tarde, en vez de patio de juegos, fue bunker de guerra.

- ...Sara...espérame...voy contigo...

Derrota. Derrota total. Y encima, sin postre tres días por el susto...

7 comentarios:

Srta. M dijo...

pero y la chispita de libertad que saboreaste durante el primer rato?

por eso, ya valió la pena :)

(por fin aqui tu!)

Soy ficción dijo...

Esas aventuras son las q nos hacen sonreir cuando echamos la vista atrás, sólo por eso ya merece la pena mojarse los calcetines en un parque desierto.

Tezeta dijo...

Cada vez me gusta más cómo escribes :)

sigue así

Srta. M dijo...

tsss ts ts ts Miss I, acercate! que te cuento algunas cosas:
uno: hacemos un trato? no dejaré que me coma el estrés si tu no dejas que te coman los puntos suspensivos, que cuando hay muchos todo se torna silencio, y el silencio es plata y es chachi pero mucho de él ya no, y te quiero bien dorada por aqui.
dos: es una casualidad muy casual que me comentes la peli de antes del amanecer porque llevo mucho tiempo queriendo verla. Me habló de ella mi hermana mayor y me dijo que hay una secuela, antes de que anochezca? asi que...un dia de estos...
tres: en un futuro próximo (antes de que acabe el año vaya) me acerco a tus tierras y para entonces no te escaparás de un cafe conmigo, y no me digas que no, que no lo consentiré!!

:D ya esta

:3 mua

irene buscando la felicidad dijo...

Jijij!
Yo también me escapé una vez de casa, pero como sólo tenia cuatro años me limité a sentarme en un rincón del portal.
Aunque me bajé yo solita tres pisos! Eso si, con mi padre agazapado tras las escaleras obsevándome, no fuera a ser que me llenase de valentia para salir a la calle...
Un besito.

Aida Cooper dijo...

Da gusto ser peques y explotar el revolucionario que llevamos dentro! Aunque lo del postre duele... qué misterio que esa mamá dictatorial que todos hemos sentido tener en algún momento sea la misma que mira debajo de la cama porque nosotros no nos atrevemos jajaja.
Gracias por volver por estos pastos :)

Balle dijo...

Pues yo me escapé muy bravucón... y a los diez metros de la puerta de mi casa me puse a llorar porque nadie salía en mi busca. Y claro... vuelta al redil.
Desde entonces soy autista y tengo un amigo imaginario: "Miguelito SinDown"