martes, 5 de diciembre de 2006

¿Que buscabas qué?

Lo bueno de buscar sin saber qué, es que por el camino te encuentras cosas de lo más inesperadas.

Una noche te metes en la cama deseando poder pasar bajo el edredón el resto de tu miserable vida. Cierras los ojos y no sientes nada. Sólo algo que da vueltas en tu estómago y que no te deja descansar. Que te impide estar tranquilo. Y que, encima, no llegas a entender.

Al día siguiente te despiertas igual de malhumorado pero a medida que avanzan las horas, todo se desvanece. Es más, todo lo malo se desvanece. Llega gente de países extraños. Otros cruzan océanos alejándose. Recibes grandes noticias y proposiciones, que aunque sean a largo plazo consiguen sacarte de la época gris en la que andabas sumergido. Las conversaciones y palabras tristes que rondaban por tu cabeza se escapan y vuelan lejos, perdiendo todo el sentido que pudieron tener en algún momento.

Y ya sólo puedes sonreír. Y pensar en todas las cosas que quieres hacer. Y pensar en todas las cosas que puedes hacer. Y ya no hay nada que te preocupe. Y sientes que eres capaz de propagar esa sensación a los que te rodean. Y, lo mejor de todo, que esa gente está en tu misma situación. Que por fin una ola de ilusiones ha bañado la ciudad sin playa.

Y tú sonríes. Y sonríes. Y sonríes. Y sonríes.

2 comentarios:

duluoz dijo...

¿qué buscabas?
¿qué encontraste?

Miss O. dijo...

...encontré que buscar sin saber qué, no es para nada la solución a mis problemas...